viernes, 26 de febrero de 2010

La acaricié suavemente mientras dormía.

La acaricié suavemente mientras se dormía. Sonreía con esa sonrisa que me permite inventar todo lo que me gusta que diga en ese instante. Son momentos como con banda sonora. El aire parece recoger las notas con una densidad especial que tiene que ver con su temperatura. Y me envuelve y me acaricia cálido dentro, llenándome y vaciándome rítmicamente al son de su respiración.

Jesús. 25 de febrero de 2010.

Los Reyes existen .

La oí decir mientras bajaba atropelladamente: -¡Los Reyes, los Reyes, … han estado aquí ya, han venido dos días antes.
Entonces cerré el grifo y subí rápidamente sin que me viera. Cambié los juguetes de sitio y volví al cuarto de baño. Cuando sonaron de nuevo sus pasos enredados por la escalera con su voz, me fui detrás:
-Mira, lo ves … pero... ¿cómo?... si estaba aquí la cocinita hace un momento, la he visto.
En ese instante su sonrisa nos anticipó un gran descubrimiento …
-Esto sólo lo han podido hacer Los Reyes … entonces … Los Reyes existen, no son los padres. Qué tonta es la Rocío, se lo tengo que contar el lunes.

Jesús. 25 de febrero de 2010.