No sé bien por qué me ha venido ahora esta imagen, pero me ha venido: estaba yo en el patio de la casa de mi madre, sentado en la escalera de la azotea. Releía yo San Manuel Bueno, mártir, preparando una clase de segundo de bachillerato. Mi madre me llevó un café. La tarde tenía una luz y una temperatura que intensificaban mi dicha. Le dije la suerte que tenía de poder llamar a aquel momento mi trabajo. Ella me respondió que tuviera cuidado, que el café quemaba, y eso me hizo sentir aún mayor la suerte que tenía por darme cuenta de lo importante que era aquello que le acababa de contar.
viernes, 24 de noviembre de 2023
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