Dale sentido
a todo este aire caliente y espesode este día de agosto sin agua.
Ven,
acaricia esta página y dale una razón
a la pesadez de las horas colgadas
del minutero de este reloj que no avanza.
Vendrán días luminosos, lo sé.
Vendrá un aire ligero y dulce,
unas horas que danzarán
ingrávidas sobre su esfera.
Pero, mientras espero
entre juegos lentos, entre vapores empañados,
entre parlamentos que se alargan
sólo por pasar este lento tiempo,
ven y dale sentido a esta tarde
dibujando palabras sobre la página en blanco.
Jesús.
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