En la parte alta de la ciudad,
un antiguo monasterio y su cementerio,
un enorme prado entre sus muros
se transforma en jardín allá a lo lejos.
Cuánta paciencia trajo el mundo hasta aquí,
cuánta humildad inconsciente,
lluvia a lluvia, sol a sol,
trajo estos prados hasta hoy.
Cuántos años depositando
una piedra sobre otra piedra
para esta emoción mía presente.
Imensidad de silencio, de piedras, de años:
la soledad, aquí, me hace sentir
la pequeñez humilde de nuestras vidas particulares.
Jesús.
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