viernes, 26 de diciembre de 2008

El callejón. Novela por entregas. Página 16

Te llamaré, en cuanto llegue te llamaré. Sólo he estado una noche sin verte y no he podido dormir pensando dónde estarías, y no sé bien por qué me volvía una y otra vez la película de aquel día en que nuestros callejones se volvieron a cruzar.
Eran las diez y media de la noche cuando subí al autobús, yo iba mientras casi todos venían, mientras la ciudad iba recogiéndose, volviéndose perezosa como hacía a diario hacia esas horas.
Fue entonces, allí, junto a aquel semáforo, mientras el autobús giraba por aquella rotonda, cuando te vi. Después de tantos años volvía a encontrarte y sentí de pronto como si mi marcha del pueblo, mi llegada a la ciudad y los años que en ella llevaba con aquel andar sin rumbo, intentando distanciar al pasado, hubieran cobrado sentido. Sin saberlo, lo que había estado haciendo todo ese tiempo era buscarte.
Te perdiste entonces entre las cabezas de los pocos viajeros que me acompañaban, fui rápido a las ventanillas del otro lado y ya no estabas.
Te había visto sólo un momento y no pude identificar claramente tus rasgos, pero estaba seguro de que eras tú por el eco que habías dejado en mí. Esa sensación de no saber, de pronto, qué hacer con el tiempo, de no saber qué hacer con mis pensamientos, de no saber para qué me sirve el cuerpo si no estás tú.
Si no he podido verte bien, si no te he podido identificar por completo, sí que he reconocido sin dudarlo este vacío, este vacío absoluto que sólo he sentido en mi vida cada vez que he notado que te perdía.
Me he ido enamorando a lo largo de los años de muchas mujeres, me he ido enamorando de muchas formas, pero sólo tú me has hecho sentir dentro el hueco infinito que somos, lo blanca que está la página en la que nos vamos inventando, en la que vamos escribiendo el personaje en que nos vamos convirtiendo a fuerza de ensayarlo. Sí, así me siento yo ahora, con esa felicidad absoluta que me hace ser el mejor yo posible, con esa necesidad de encontrarte y hacerte todo lo feliz que yo soy por ti, con esa necesidad de encontrarte para, al menos, hacerte saber todo lo dichoso que me has hecho en este instante.

(Continuará ...)

No hay comentarios: