martes, 30 de septiembre de 2025

EL TIEMPO.

La arena, en su lenta caída,

de este reloj del tiempo infinito, 

me ha ido desgastando, poco a poco,

esas benditas cataratas juveniles,

que me permitieron no ver con claridad

tantas cosas, durante tanto tiempo. 


La arena, con su fluir lento,

me ha ido construyendo, en su caída, 

una coraza dura, un muro

que me protege de las heridas 

que me fue produciendo 

el fluir diario de la realidad descarnada. 


La arena, con su fluir lento,

me ha ido construyendo, en su caída, 

una coraza dura, un muro

que me va distanciando del goce

que me produjo, en otro tiempo,

el fluir diario de la realidad soñada.


Jesús. 

No hay comentarios: