domingo, 21 de septiembre de 2025

Una noche de septiembre.

Me trae, de nuevo, al cuaderno, la tranquilidad de la noche tras un caluroso día de septiembre. Un día con ese calor que no llega a ser agradable, pero que no resulta insoportable.

Vuelvo al cuaderno sin un propósito definido, sin una intención concreta. No lo hago tampoco como ejercicio; sino, más bien , por el mero placer de escribir. Por el placer de sentirme mecido en las palabras, de sentir cómo el ritmo de mi respiración va alineando las ideas sobre el papel. 

Me hace bien sentir ordenado aquí dentro, antes de dormir, lo que durante el día, en medio de todo, en medio de todos, no pareció ser sino ajetreo, desorden; caos, incluso, a veces.

Tomar ahora el lápiz es como reconciliarse con la vida, como tomar consciencia del lugar que uno ocupa en todo esto, como el reinicio necesario para volver a empezar mañana.

Jesús.






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