Me trajo a ti la vida.
El trabajo, el azar,... la vida.
Me ancló aquí el mar.
Cientos de amaneceres en chándal
antes de ir a trabajar,
cientos de cafés ante las olas,
paseos a cientos; lecturas, en mi roca,
...
Todas esas cosas me anclaron a ti,...
la vida me ancló a ti.
Y la pureza de sentir
que aquella ingenuidad me regaló
en una tarde de viernes con amigos,
en una mañana de domingo y mar,
en una noche que me creí Dios,
...
Esas cosas, todas esas cosas
me devuelven, a veces, a ti
Cuando miro a mi hija,
hija de todo aquello, hija de allí,
a mi hija, hija también de ti,
revivo tus amaneceres, mis paseos,
mis lecturas, aquellos cafés,...
Revivo amigos, revivo domingos y,
un poco, revive Dios en mí.
Jesús.
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